viernes, 23 de septiembre de 2011

Otoño


Por la mañana, niebla. Por la tarde, tormenta. Sin duda el otoño reaparece con ganas (al fin y al cabo este año no se llego a ir del todo). 

El otoño es la estación de la melancolía, de los parques llenos de hojas secas, de mil colores cálidos, de recorrer el Parque de San Francisco con el crujir de las mismas, ese olor a castañas que lo impregna todo y muy abrazada a ti. Es la época de sacar el abrigo, el gorro y los guantes... época de paraguas mojados por doquier, de vaho en los cristales, la gente esta triste, pero es una tristeza bonita... tardes de cafés a media luz o de chocolate caliente...




Una sola puerta de tres, abierta.
Una sola puerta.
Enfrente, la montaña.

Pasa la nube inmensa;
toda suya... todo suyo.
Huracanes de vientos;
lluvia andante semiparalela
y en todo el monte funerales alegres, naturales,
de hojas muertas.

Los cabellos terráqueos danzan todos iguales
al son de trompetas invisibles que vienen de los mares.


Llegó el otoño; llegó la muerte...
¡Mas no para todos!
Hoy morirán hojas y animales.

Mas no morirán para siempre y, en su transformación de mañana
darán
con más calor
a la tierra,
de su muerte,
pasado mañana,
brotes de esperanza.

Y yo no he muerto.
Me alegro de la lluvia
y me alegro del viento.
Si tengo frío, me caliento;
si tengo miedo, ¡Que no lo tengo!,
susurro y pienso...
y para mañana
ya me he comido mi pequeña ración de esperanza.

Una sola puerta de tres, abierta.

Una sola puerta inmensa.

Poema de Manolo Chinato ~ Música Extrechinato y tú

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